miércoles, 21 de diciembre de 2016

capitulo 17

                                                                                                                                                          (17)       
        

  Cristi camina sobre un poco de cabezas. Avanza. Cree reconocer a su padre; no era; continúa; ve la cara de Annie; corre hacia ella, y cuando está cerca, el suelo por donde va se hunde; él cae a un abismo; llega a una especie de aguas profundas; recuerda algunos diálogos con su esposa; no te rindas le decía ella en esa conversación; el lo recuerda; sale del agua; está en el interior de una casa grande, que parece ser la casa de ellos.
La escena de la película es, ahora, en una especie de tejado descendente; la especie de tejado tiene forma de araña y todo converge hacia un centro por la fuerza de la gravedad; tiene una conversación con el viejo Al; hablan del padre de Cristi; se dan algunos detalles de familia; Cristi reconoce a Al; es su padre; se abrazan; lloriquean; siempre quise guiarte, te estaba esperando para guiarte en la vida, le dice el papá a Cristi; ya sabes… solo tienes tres minutos… si te pasas de ese tiempo, no habrá regreso, te quedarás entrampado en el mundo de Annie; se vuelven a abrazar. Es curioso la aparición en esa película la referencia al número 3, en relación al tiempo que debería estarse dentro conversando con Annie; que como se dijo ya en el capítulo 8, el número 3 es el número de la imperfección, de lo caduco.
Cristi sigue su camino, porque va en busca de Annie, su esposa; entra a una casa grande; es una casa vieja; todo está tirado y en desorden; en medio de una sala, que tiene como una especie de fuente, pero sin agua, hay una persona recostada, más bien tirada en la especie de escalón inferior de la como fuente de agua; está apoyada sobre sus brazos; Cristi entra saluda…. Hola… ¿no hay nadie?... La puerta estaba abierta, dice Cristi, como justificándose de haber entrado sin ser autorizado; ella se asusta; se levanta huidiza; ¿quién es?, pregunta ella… Soy el vecino de al lado, dice él…. Acabo de comprar la propiedad de al lado, soy tu vecino; lo importante era entrar en conversación, a pesar de lo espantadiza que estaba ella; él intenta la conversación; él habla de las flores, que están en la como especie de fuente; ella dice que están secas, porque no hay agua en el vecindario; él habla de los cuadros que están en la pared; ella dice algo en negativo, también de los cuadros; él dice algo, y ella continúa siempre, pero en negativo, y con mucha desgana y desanimo. Eso es el infierno.
Él le habla a ella de que ella es una artista famosa, que sus cuadros son muy bonitos. Él le cuenta que su mujer que era maravillosa y estupenda su suicidó. Él recuerda algunas visitas al hospital psiquiátrico, y la película en su magia maravillosa, como lo es el arte, y ella misma ya es una expresión del maravilloso arte, pasa a unos jardines fantásticos y de sueños, donde estaba recluida como enferma Annie; ahí conversan Cristi y Annie, cuando la situación difícil de la pérdida de sus hijos; él siempre iba a visitarla, pero ella se mantenía hermética y cerrada; ella en una de esas conversaciones le pide el divorcio, porque llevan dos vidas distintas, que ella no lo merece; él le pide perdón por haberla dejado sola en su situación, cosa que no era verdad, porque siempre estaba pendiente de ella; el problema había estado en que ella se había negado a vivir; él llevaba un boleto de avión y le había hablado de un viaje; él le estaba contando que en el museo estaban esperando por ella, por la exposición de sus cuadros y pinturas; él había hecho ademán de irse; ella lo había retenido, y le había quitado el boleto de avión; ella rompió el boleto de avión, lo que indicaba que si iba a luchar; en ese momento se abrazaron y lloraron, y desde ese momento, la situación de Annie, en relación a la pérdida de sus hijos, comenzó a superarse; la película hace magia y mágico esos momentos hermosos de la pareja Cristi-Annie.
Hay una expresión que aparece unas tres o cuatro veces en la película, y es que “a veces cuando ganas, pierdes”; esa expresión siempre la utilizaba Annie, y tal vez esa expresión en la película sea una referencia a asumir la realidad de cada día, como vayan viniendo las cosas, pero sin huir, ni evadir la realidad de la vida. En el momento de ese primer encuentro con Annie, en el infierno, Cristi le repite ese pensamiento que ella decía. Ella queda un poco impactada. Y algo comienza a cambiar en ella. Comienza a reaccionar. Ella le dice que quiere ver a Cristi. Ella llora. Él le dice que si es posible, que cierre los ojos, que se lo imagine. Y aquí se da un cambio. Antes Cristi le hablaba en tercera persona a ella de su esposa; desde ese momento, en la película, él le habla en segunda persona y comienza a tutearla; le dice que recuerde el momento del matrimonio; la película pasa a esos momentos bonitos; ella comienza a recordar y en el momento del beso en el matrimonio real e histórico, él, allá en el infierno intenta besarla, y ella se espanta y grita, chilla; él se confunde; pide perdón; él sigue en la apertura que ella le ha concedido; ahora le habla de que había soñado siempre pasar la vejez con ella; le agradece todos los buenos momentos pasados y vividos juntos; le agradece por su ternura, por su bondad como esposa; le gustaría volver a vivir con ella, dormir las siesta juntos, y hasta pelear, de todas las cosas que ella se está perdiendo; ella escucha, y algún efecto está haciendo en ella, que se queda como pensativa y reflexiva; él le pide perdón por todos los momentos malos, sobre todo por el intento de besarla, cuando ella estaba recordando la celebración del matrimonio en la Iglesia; entonces Cristi sale de donde ella, y sale donde está el viejo rastreador, Al, que es su papá.
Una vez afuera, en la especie de tejado en forma de araña, el viejo, el papá está esperando a Cristi; conversan; estuviste a punto de perder la razón, le dice el viejo; un poco más y pierdes la cordura, porque en el infierno se pierde la cordura; si me tardé, tal vez un poquito más de lo normal; me rindo, dice Cristi; el papá asiente, o sea dice que sí, con un movimiento afirmativo de cabeza; enseguida, Cristi, retoma la palabra, y dice, que se rinde, pero no cómo él, el papá está pensando; el viejo hace un gesto de sorpresa y lo mira; “dile a mis hijos”, dice Cristi, “que no abandonaré a su madre”, y se despide del viejo; el viejo vuelve a hacer un gesto afirmativo con la cabeza; entonces, Cristi regresa donde está Annie.

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